En
cierta ocasión, hace ya mucho tiempo, vi un fantasma. Sí, un espectro, una
aparición, un espíritu; podemos llamarlo como queramos, el caso es que lo vi.
Ocurrió el mismo año en que el hombre llegó a la Luna y, aunque hubo momentos
en los que pasé miedo, esta historia no es una novela de terror.
Todo
comenzó con el misterio de un objeto muy valioso que estuvo perdido durante
siete décadas: Las lágrimas de Shiva.
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